miércoles, diciembre 10, 2008

Las notas de fantasía

Los editores suelen ser gente que vive encerrada, mirando la tele y leyendo a la competencia, gente envenada, contracturada, mal dormida, con problemas de hipertensión y tabaquismo. Como les decía, se puede esperar cualquier cosa de una reunión de editores. Pero lo peor que se puede esperar es que emerja de allí una nota de fantasía, una nota inventada sin pies ni cabeza, algo que nunca vas a ver mencionado en ningún manual de periodismo. ¿Y cómo nace una nota inventada? Es una hipótesis que se le ocurre al jefe máximo –es decir, al director que suele vivir más encerrado y más envenenado que todos los demás- y tu tarea es poner a prueba ese disparate por todos los medios posibles. Normalmente, un periodista que lleva sus años en esto, tiene una agenda con fuentes de confianza a quienes apelará a la hora de certificar el disparate. “Pero eso es un disparate”, repetirán una y otra vez las fuentes. Y, lejos de sentirse persuadido, el trabajo de este buen periodista es tratar de que ese disparate se convierta en realidad. Pues un medio podrá decir cualquier pavada, pero jamás podrá salir en blanco.
Cicco

Vía Malas Palabras

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué reflexión más acertada. En este instante, desde mi escritorio, miro la sala de tapa del diario y recuerdo la innumerable cantidad de veces que se me han hecho planteos absurdos, notas inventadas, disparates absolutos, y en lo difícil que fue siempre tratar de armar algo al respecto. Un abrazo, vieja.

3:23 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El post me hace acordar a una vez que una editora me mandó a buscar un puma que, según un vecino, merodeaba el parque Guillermina asustando a los vecinos. Era imposible, pero insistió porque ella decía que era LA NOTA y ridículamente tuvimos que ir con el fotógrafo. Llegamos, no había tigre y el vecino estaba muerto de la vergüenza: había inventado la historia al diario, como una suerte de fábula, para graficar el abandono de una plaza que se llenaba de bichos (insectos, a lo sumo gatos) y quería que el diario denunciara a la municipalidad, pero de ningún modo que cazara al puma. Antes de irnos nos pidió disculpas, confesó que jamás creyó que nos comeríamos semejante ironía.
En fin, no era una nota inventada, pero se notaban las ganas editoriales, lindando en el tan pobre sentido crítico de la realidad, de que esta lata fuera tapa.
Un beso grande, Heminway, y a ver si nos vemos, aunque sea para el año, como dicen en el campo.

Marti.

2:02 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Te dejé un premio, ¡podés pasar a buscarlo!

8:10 p.m.  
Blogger Unknown said...

Increíble lo acertado de tu ¿queja? Todos, pero todos, eh? los que hemos pasado por una redacción chocamos con ese coche alguna vez.

6:15 a.m.  

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