Una de piratas

Fui con mis sobrinos al teatro. Tienen seis, cuatro y dos años. Era una obra sobre un pirata malo muy malo y un marinero medio bobo, pero bueno. La obra no era una cagada, pero tenía ciertos vicios de cierto teatro infantil. De todas formas, los chicos la pasaron bien.

Al salir, le pregunté a Nicolás (4) qué le había parecido la obra. Me dijo: "Me gustó, tío, pero me hubiese gustado que el pirata sea más verdadero". Si yo tuviese que escribir una crítica de esa obra, ése hubiese sido el eje del texto. El pirata era poco creíble, no era "verdadero" como dijo Nico. Alguna vez, leí que los chicos son, no sé por qué carajo, buenos fotógrafos por naturaleza. Uno les da una cámara y disparan con criterio. Ahora pienso que también son buenos críticos de teatro. La cagada es que después entran al colegio.

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