"El modelo dominante es aún el periódico impreso"

Lo dijo Javier Díaz Noci en una entrevista ofrecida a Dialógica. El español es licenciado en Ciencias de la Informacíón, doctor en Historia, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco, además de Profesor visitante en varias universidades, entre ellas la de Oxford.

-¿Cuáles son las competencias que tendría que tener un periodista digital?
-Flexibilidad, inteligencia y curiosidad. El discurso digital puede llegar a ser muy rico y muy variado, por causa de la multimedialidad, y es un lenguaje en formación, plural por ser hipertextual. Por tanto, el periodista digital debe ser imaginativo, tener la capacidad de pensar en las potencialidades que le ofrecen las nuevas herramientas conceptuales. También debe ser capaz de trabajar rápidamente, el ciberperiodismo permite renovar, completar o sustituir la información de manera muy veloz.

-¿Cómo ves la evolución del periodismo digital, desde la etapa de reproducción de la versión papel, pasando por un segundo estadio de independencia con el periodismo tradicional y este tercer momento de periodismo participativo o Periodismo 3.0, donde se incluye la interacción en la producción del superusuario, desplazando el concepto de audiencia?
-Creo que es un proceso que aún no ha concluido, y que no debemos ser triunfalistas. El modelo dominante en el panorama de medios de comunicación es aún el periódico impreso, aunque lo es cada vez menos, y no hay por qué pensar que esto matará aquello. Simplemente, son lenguajes diferentes. Me parece exagerado hablar de un superusuario, de hecho el lector sigue sin tener tiempo para absorber la cantidad de información que se ofrece. A veces, la lectura es un tanto superficial, no se pasa de los nodos iniciales, donde prima más la rapidez en ofrecer la noticia que la profundidad de la misma. En todo caso, nos hallamos en un periodo de experimentación, de descubrimiento, de emancipación. Como en todos esos periodos, se producen sentimientos exultantes y otros de desilusión porque las expectativas no siempre se cumplen. Un momento, sin duda, interesante.

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