lunes, noviembre 13, 2006

Sobre la vigencia de la empleada de Gasalla

Hoy fui a la Biblioteca del Congreso de la Nación. Y me resultó inevitable no pensar en la imagen esereotipada del empleado público que parodió Gasalla. En la entrada hay que dejar el bolso o lo que uno lleve. Primer paso. Después llenar una ficha de ingreso. Segundo paso. Después llenar otra ficha para pedir un libro. Tercer paso. Si uno quiere fotocopiar, no pueden ser más de 100 páginas "por derechos de autor". Otro trámite más. Ah, y hay cartelitos que dicen más o menos así: "Del libro 25.000 al 175.000 no están disponibles". Cuando consulté en información, me dijeron: "En realidad están, pero en el segundo subsuelo. Y no hay quién los busque". Lindo, ¿no?
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