jueves, noviembre 26, 2009

Saborido y el silencio


Era un día de semana, de noche. Como a las dos de la mañana. Scalabrini Ortiz y Corrientes. Villa Crespo. Yo esperaba el 24 que me devuelva a casa. Después de medianoche, cuando la frencuencia de los bondis se estira, uno se siente un náufrago esperando que lo vengan a buscar.

A esa hora la ciudad es amable, mansa, no parece la Buenos Aires viciosa de otras horas. Está en silencio, pero es otro silencio, muy diferente, al silencio de campo. En este silencio se agacha y se oculta todo lo malo de la ciudad. Hay, como dice el gran Gómez de la Serna, "meditaciones de crimen en el silencio arrabalero".

A esa hora y con ese silencio delincuente pero precioso, vi a lo lejos a un tipo con una gorrita. Caminaba en dirección a mi parada. Pitaba un cigarro. Hondo lo pitaba, como sorbos de obrero. Fumar y pensar son dos actividades que suelen estar asociadas. Me encantó imaginar que a esa hora estaba moldeando nuevas cosas. Me encantó encontrar a Pedro Saborido caminando y fumando solo por la calle.

2 Comments:

Blogger Joice said...

sabes? es lo mejor que te he leido, desde que te leo. reduche!! (es la palabreja que sale para la verificaciòn) causa o azar?

5:39 p.m.  
Blogger Joice said...

que tonta soy, es lo mejor?... acaso quien c... soy. es lo que más me a gustado. soy una pelota. ambai (fue lo que salio ahora)

8:01 p.m.  

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