martes, marzo 25, 2008

10 razones para ir a Portugal


1) El encanto de Sintra. Así como Cudillero es el pueblo más bonito de España, Sintra se merece el título en Portugal. Pequeño, lleno de verde húmedo y de castillos. Y con cafés con pastelitos a cada paso. Un primor, viera usted.
2) El fado. Es difícil esquivar el cerco turístico en torno a esa música. Pero vale la pena escuchar un concierto. Con mi amigo Juanjo, alguna vez pensamos en un ranking de las músicas con más dolor del mundo. Todavía no lo hicimos, pero estarían sin dudas la bossa nova -en realidad, Joao Gilberto-, el flamenco, la vidala y ahora el fado.
3) Un paseo en barco desde Belén a Lisboa o viceversa. En mi caso, lo hice con los amigos de la beca, cuando la tarde caía y a uno le da por pensar y hacerse el perro puto, como dice un amigo.
4) En cualquier momento del día, en cualquiera, clavarse una copita de ginjinha. Es un licor y, además, una seña de identidad lisboeta. Lleva aguardiente, guindas, azúcar, canela y varios meses de reposo. Pornográfico.
5) Ir al café A Brasileira y ver al cabrón de Pessoa hecho monumento y todo sentado y con sombrero. Y comentar con un amigo de Brasil. "Vamos a tocarle el hongo, a ver si alguna vez nos sale aunque sea un buen verso".
6) Caminar por la Plaza del Comercio -caminé mucho porque paraba a una cuadra- y pensar en esa escena memorable de "Sostiene Pereyra", en ese Marcello Mastroianni memorable y dignísimo huyendo luego de escribir un artículo valiente.
7) Caminar los 10 kilómetros del Camino do Atlántico en Cascais. Y ver cómo el río deja de ser río y se vuelve menos manso. Y se convierte en Atlántico.
8) Vivir con un grupo de portugueses, charlar con ellos, compartir algunas comidas. Y una ceremonia que me encantó: la del pastelito. Luego de una noche de joda, luego de consumir todo tipo de sustancias escandalosas, la gente termina la noche con un dulce, que se vende en varios bodegones sin turistas.
9) Perderse -porque uno siempre se pierde ahí- en los altos de Alfama, uno de los barrios más preciosos de Lisboa. Y llegar a un mirador donde hay sillones pa instalarse y colchas.
10) Ver que Lisboa se parece poco al resto de la Europa occidental. Está menos cuidada, más hecha mierda. Y quizás ése sea su principal encanto.

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2 Comments:

Blogger Maby said...

Qué belleza, Diego, siempre me gustaron las postales con ránking que tanto te gustan hacer, pero esta es hermosa. Hasta parece que lo viera. Me gustó, me dieron ganas de conocer Portugal, sobre todo la Plaza de Comercio, también por Sostiene Pereyra y justo justo esa escena. Me emocionó.
Un abrazo.

11:05 p.m.  
Blogger Mariel said...

¿Y las 10 razones para visitar Tucumán? Un beso.

4:17 p.m.  

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