lunes, junio 02, 2008

Periodismo de corto y de largo aliento

Es la vieja historia de la zanahoria. De querer alcanzar aquello que no se tiene. Y de no valorar tanto lo que está cerca. Desde hace algunos años, me da vuelta la idea de trabajar en algo que no sea un diario, en algo de más largo aliento. Me imagino, claro está, viajes, reportajes extensos con pretensiones antropológicas y una agenda muy abierta.

El viernes pasado, en la beca, nos dio una charla Phill Brook, director de la Missouri School of Journalism, la escuela de periodismo más antigua de los Estados Unidos. Luego de la clase, nos sentamos juntos en el almuerzo y charlamos largo. Me preguntó dónde trabajaba y le conté de mi inquietud. Y él aconsejó.

"No sabés lo torturante que pueden ser los reportajes largos. Si sos un periodista más o menos serio, serás obsesivo. Y podés estar largas semanas enredado en un párrafo. Hice reportajes para revistas que me llevaron seis meses. Te aseguro que extrañé la edición diaria, cuando el trabajo muere cuando muere el día".
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