sábado, noviembre 15, 2008

Un silencioso ajedrez

Los justos es, quizás, uno de los poemas más conocidos de Borges. Cada tanto vuelvo a leerlo, pero nunca deja de sorprenderme y nunca dejo de imaginar a esos dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. Los veo, están ahí, en un rincón del Lezama o en un centro de jubilados de la calle Piedras. Cabrón. Es fotográfico. Es perfecto.
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Etiquetas:

Google
WWW YOUR DOMAIN NAME