¿Bien ahí?
-Ey, Fejo, felicitala porque consiguió un trabajo en el diario -lo alenté, con más entusiasmo que ella.
-¡Bien ahí, Maby! -se entusiasmó.
Pasaron unos 15 segundos. La miró fijo y agregó, marcando bien los signos.
-¿Bien ahí, Maby?
Nos reímos mucho. En ese momento, pensamos -y lo seguimos haciendo- que fue una gran acotación, que cuando todos festejaban la noticia él se permitía dudar sobre la conveniencia del puesto y de abandonar la condición de desempleado. Estaba haciendo filosofía sin saberlo.
Ahora, cuando alguien me cuenta algo aparentemente bueno, pienso y me pregunto: ¿bien ahí?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home