Alem y Lagos, tres años después

Hace años que lo busco. Hace tres años que lo busco. En una entrevista a Eduardo Lagos, charlamos largo de su música, del folclore, de la generación de los hermanos Abalos, de Piazzolla y de Yupanqui. El me regaló algunos discos. Y, al final de la charla, como quien ofrece su mejor plato, me dio uno de él con Oscar Alem. Cuando lo recibí, su mujer acotó: "Eduardo, es la última copia que tenés del disco".

Lagos pidió disculpas de mil maneras y el regalo fue devuelto. Nunca más pude conseguir ese disco. Luego, a la mía, se sumó la obsesión de Pilar, quien me dijo que ese disco era lo mejor de Lagos, lejos. Finalmente, pude dar con la grabación. Y ahora lo escucho una y otra vez.

En el texto que acompaña al disco, Lagos cuenta cómo surgió todo. "El asunto era en mi casa, donde es posible hacer ruido sin espantar vecinos. Como en tantos otros fines de semana, nos reuníamos, Cacho Ritro, Oscar Alem y yo, a jugar con la música. Esa tarde Cacho se acababa de ir y Oscar entro a divagar en el piano, sin tema fijo y a mi se me ocurrió la maldad: puse en marcha el grabador y le pedí, 'A ver córrete'; se corrió espontáneamente hacia la izquierda del teclado, a mi me dejo los agudos y yo también empalme, ahora a cuatro manos".

Para los lectores de Zoom, acá va una muestra: La López Pereyra, por Alem y Lagos, en piano a cuatro manos.

Compartilo | |