martes, julio 07, 2009

Celular indiscreto


El tipo estaba ahí, solo. Tenía un libro de poesía, una lapicera y un anotador. Cada tanto, leía. Cada tanto, escribía algunas palabras, tachaba. La imagen que daba estaba lejos de la del escritor sufrido, pero sí tenía cierto aire de enfant terrible de la literatura.

La estaba pasando bien. Hasta que le sonó el celular. Cortó el momento. Todo cortó. El tipo dejó la lapicera, el anotador y el libro. Y se puso a hablar tonteras nomás. Fin del momento Kodak. No es así, chango. Apague esa mierda un rato. Así nunca va a ser escritor, ja.

4 Comments:

Anonymous Caléndula said...

Pero que bueno que estaba!!!je...
Cuanta exigencia...

2:19 a.m.  
Blogger Cristian Vázquez said...

Je je, Diego, 100% de acuerdo. Los escritores de antes no usaban teléfonos celulares...

6:10 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Cristian: Claro que no usaban! Abrazo
Diego

10:21 a.m.  
Blogger Juanjo Domínguez said...

Jajaja. Al pingo el momento Kodak, jajaja.

10:47 p.m.  

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