Rebeca

Rebeca: Te escribo por un conducto mejor y con más seguridad de encontrarte en lo inhallado. Seguir me hace escaparme. Tu vereda cierta deja atrás todas las veredas. Es más veloz tu nombre que todos los automóviles. Eres la marca del futuro y no dejas de ser como todo el pasado. Tienes tirabuzones y neumáticos. No me vas a dar una función de "soirée" nunca ni me vas a dejar frío de alta tensión con tus senos. Eres la mujer sin madre, porque no nació la madre de tu madre ni murió aún la abuela de tu abuela y sin embargo, en lo muy lejos, tienes una antepasada de medallón. No me conformes con nada, ni te podría describir en una poesía, pues la poesía es siempre tangible aunque se crean otra cosa los poetas. Sólo una carta como ésta puede indicar donde estás en lo no estable, cómo lees un libro nieto de todos los libro, cómo tiene un pulso que es tic-tac de un reloj que vendrá después de millones de relojes. Rebeca que no em´pañadas este goce con el llorar tu deshonra, pues tu llanto esta detrás de tantos llantos que está debajo de mares no nacidos, protege mi deseo de no caer en la abstracción ni en la concreción mi angustia sin laxante ni analgésico, mi duda del mármol y el beberme las botellas en vez del agua de las botellas, pues para mi todo vidrio es líquido concentrado y riquísimo. Sólo en tu toco punto, Rebeca mía desengañadora del creer que se vive. ¿No es verdad que no vivo y que por lo tanto no podré morir ni haber muerto? Tú me consuelas de todo, Rebeca, aunque eres la mujer que no puedo intentar encontrar y que no eres el arquetipo de mujer sino su nombre esquelético e inconsutil. Caen en terremoto las cosas al escribirte esta cara y te dedico el terremoto porque se debe a tu nombre. No saben que les he dejado sin rumbo a los papanatas que me miran y a los desgraciados que pasan con prisa. Rebecam adiós, hasta que quieras presentarte en mi corazón vacío de mentiras. Tu Luis Del libro Rebeca (Ramón Gómez de la Serna)

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