El viento entre las hojas

Alba es una viuda vieja. Vive sola en una cabaña olvidada. Extraña -mucho, pero mucho mucho- a su hijo Juan, que un día se fue y nunca más volvió. Su soledad, un día, se ve poblada por la presencia de un espantapájaros.

Esa es la historia de El viento entre las hojas, la preciosa obra de títeres que vi anoche en el Celcit. Escrita y dirigida por Rafael Curci, se presentó en el marco del Festival de Títeres para Adultos de Buenos Aires.

La manipulación me pareció perfecta. La escenografía fue exquisita. Y la voz en off de Norma Aleandro también aporta sin molestar. Tanto me gustó que, en el medio de la función, comencé a llorar. Sin parar, como un pelotudo. Por esa belleza pura. Porque notaba en la cara del titiritero que el tipo estaba siendo feliz. Por Alba que estaba tan sola. Porque era domingo. Y, quizás, porque tenía ganas.

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