lunes, diciembre 21, 2009

Exilio


Me tomé un colectivo de Buenos Aires a Tucumán. A mi lado, iba un hombre. Nació en Ranchillos, pero vive en Florencio Varela desde hace mucho tiempo. La tonada tenía giros porteños, pero era medularmente tucumana. Es una cosa rara la tonada. Es uno de los signos identitarios más fuertes que llevamos y algunos hacen lo posible por perderlo ni bien abandonan el pago. Otros hacen lo imposible por conservarlo. Creo, firmemente, que es algo voluntario.

Lo cierto es que el hombre no visitaba su lugar desde hace 17 años. Me habló de su Ranchillos natal, de precioso que es el lugar y de lo diferente que es a Florencio Varela. Miró con desprecio a un travesti que se subía a un colectivo vecino y dijo que "eso" en Ranchillos no pasaba.

Qué mierda que es el exilio. Me dieron ganas de darle una palmada y decirle que su exilio será eterno y que cargará pa siempre con esa extraña sensación de dolor que sentimos al ver lo que nos fue propio y hoy nos resulta extrañamente ajeno.

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3 Comments:

Blogger Martina Delacroix said...

Caro amigo, me gustó mucho el final, también creo que el exilio es para siempre. Un beso grande y que pases una feliz Navidad, a ver si nos vemos en Tucumán.

Marti.

4:52 p.m.  
Anonymous magalí said...

Está bueno lo que decís, pero también habría que diferenciar al que se va expulsado (el exilio o la muerte) del que imagina mejores posibilidades económicas en otro país o ciudad (crisis, corralito)e, incluso, del escapista. Y habrá muchas opciones más. Imagino que en cada caso el exilio se sentirá distinto.
Un beso.

11:08 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Dieguito, muy lindo el post. Al leerlo me acordé del poema de Neruda.
Besos, Noel

EXILIO

El destierro es redondo:
Un circulo, un anillo:
Le dan vuelta a tus pies, cruzas la tierra,
No es tu tierra,
Te despierta la luz, y no es tu luz,
La noche llega: faltan tus estrellas,
La noche llega: faltan tus estrellas,
La noche llega…

Hallas hermanos: pero no es tu sangre.
Eres como un fantasma avergonzado

De no amar más que a los que tanto te aman,
De no amar más que a los que tanto te aman,
Tanto te aman…

Y aún es tan extraño que te falten
Las hostiles espinas de tu patria,
El ronco desamparo de tu pueblo.

Los asuntos amargos que te esperan
Y que te ladrarán desde la puerta
Y que te ladrarán desde la puerta
Desde la puerta.

12:33 p.m.  

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