martes, marzo 16, 2010

Dile a la lluvia


En la Patagonia, lo que mata no es la humedad. Es el viento. El puto viento que forma parte de las charlas en las panaderías y en los almacenes. Sería una obviedad hablar del frío. Entonces, se habla del viento.

El viento que puede llegar a los 120 kilómetros por hora. El viento que arranca árboles y puertas de autos, que se mete en la boca cuando uno intenta hablar y que puede llegar a tirar a la mierda a una persona flaca (algún beneficio teníamos que tener los entrados en kilos).

El viento que moldea las cosas, que las define. El viento que forja los carácteres. El viento que hace que los patagónicos sean, según la definición de varios locales que conocí, bien pa adentro. El viento que hace que ésta sea, por momentos, una tierra maldita, como la definió Darwin.

El viento puro. El que no le dice nada a la lluvia ni a nadie. Que sopla el cabrón, que castiga, que apichona. Que, por momentos, es un espanto. Y, por momentos, es precioso. Sople con ira, maestro.

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1 Comments:

Blogger Joice said...

Me encantó.
No es el frío es el viento.
La felicidad es solo de un momento.
"sople con ira, maestro"
El viento es el movimiento del aire, se le denomina aire a la mezcla que contituye la atmósfera de la tierra, esto es la combinación de oxígeno, nitrógeno, vapor de agua, ozono... Los vientos modifican todos los cambios meteorológicos del planeta, lo que finalmente termina modificando nuestros modos de vida.
Sumerce lo describe muy lindo, "maestro" ciertamente, cualidad humana que deviene en destreza, el viento es movimiento y el movimiento es danza. El viento es el maestro de la danza.

12:08 a.m.  

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