Soliloquio del solterón

Anoche fui a ver una obra de teatro ciego. Un unipersonal de narración oral, con Juan Carlos Puppo. Cuando terminó, el actor charló con la gente. Y comenzaron a preguntar el origen de los textos. Yo le consulté por uno que me gustaba mucho. Sabía que era de Arlt, pero desconocía el título. El tipo me dijo: "Se llama el dedo gordo del pie". No se lo dije, pero dudé de su respuesta. No me parecía un buen título. Llegué a casa y busqué. El hombre se equivocó o no quiso decirme que no lo sabía. Es Soliloquio del solterón y está en las Aguafuertes porteñas. Acá va un fragmento.
Me miro el dedo gordo del pie, y gozo.
Gozo porque nadie me molesta. Igual que una tortuga, a la mañana, saco la cabeza debajo la caparazón de mis colchas y me digo, sabrosamente, moviendo el dedo gordo del pie:
–Nadie me molesta. Vivo solo, tranquilo y gordo como un archipreste glotón.
Mi camita es honesta, de una plaza y gracias. Podría usarla sin reparo ninguno el Papa o el arzobispo.
A las ocho de la mañana entra a mi cuarto la patrona de la pensión, una señora gorda, sosegada y maternal. Me da dos palmaditas en la espalda y me pone junto al velador la taza de café con leche y pan con manteca. Mi patrona me respeta y considera. Mi patrona tiene un loro que dice: “¡Ajuá! ¿Te fuiste? Que te vaya bien”, y el loro y la patrona me consuelan de que la vida sea ingrata para otros, que tienen mujer y, además de mujer, una caterva de hijos.
Soy dulcemente egoísta y no me parece mal.
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Texto completo de Arlt
Etiquetas: literatura
2 Comments:
Me gusta mucho Arlt, algo oculto entre sus libros y yo... mi camita no es de 1 plaza, aunque sólo duerma yo y a veces Arlt me acompañe.
SALUDOS!
Jaja, qué bueno que está.
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