jueves, mayo 06, 2010

Río


Cuando fui a Santa Fe, tomé unos de esos barquitos que te llevan a pasear por el Paraná. Fui feliz viendo ese río color león, esos pescadores, esos pájaros... Era una forma de ponerle colores y formas a las cosas que había escuchado en decenas de canciones y que había leído en muchos poemas. Me gustó ver los camalotes, averiguar qué son los espineles y a qué carajo se refiere Fandermole cuando propone vadear las estrellas.

Entonces, pensé en cinco canciones y un poema -algo obvio, pero bello- de río. Acá van.







“Regresaba
--¿Era yo el que regresaba?--
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
¡Me atravesaba un río, me atravesaba un río!”

Juan L. Ortiz

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4 Comments:

Anonymous magalí said...

"Al otro lado del río", de Drexler, que te gusta tanto...

11:22 p.m.  
Blogger Diego Jemio said...

Nooo, Magalí. NO hay punto de comparación. Lee un verso de Drexler y uno de Dávalos. Va el primero

Drexler: Clavo mi remo en el agua
Llevo tu remo en el mío
Creo que he visto una luz
al otro lado del río

Dávalos: Padre río, tus escamas de oro vivo son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va.

2:13 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Claro... Igual no era una comparación.

M.

3:49 p.m.  
Blogger Maby said...

Diego, gracias por este gran post. Me encantó.

1:25 a.m.  

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