sábado, julio 26, 2008

La mujer más triste del mundo

En Bélgica, hace unas semanas, vi a la que creo que, en ese momento, era la mujer más triste del mundo. Eran las seis menos cinco de la madrugada. Yo fui a tomar el tren para ir de Gante a Bruselas. En el bar de la estación estaban ella, el mozo que baldeaba el piso y yo.

Claramente, había pasado la noche en ese lugar espantoso en el que todo el mundo está de paso. Era una mujer gris, llevaba un sombrero chico y un perro más chico, de esos de juguete. Iba despeinada y, cada tanto, dejaba la taza para llorar. Era un llanto digno, eran espasmos de llanto. Me fui a tomar el tren y ella seguía ahí. Quizás hoy, a dos semanas de aquel viaje, ella todavía esté con la misma taza y el mismo llanto.

Etiquetas:

1 Comments:

Blogger Maby said...

Sí, es probable que siga ahí. La tristeza, cuando ataca de ese modo, no se va nunca más.

11:52 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home

Google
WWW YOUR DOMAIN NAME