martes, febrero 23, 2010

Al lado del señor gordo


Cuando viajo, me gusta preguntarle a la gente dónde quedan los sitios. Me parece más simpático que mirar mapas y guías que suelen no ayudarte y delatarte como turista. En Madrid, por ejemplo, me encontré con alguien que me dijo Vas bien, tío, estás cerca. Callejeando callejeando seguro que llegas. O en Bogotá, adentro de un colectivo, una pregunta armó casi una junta de 10 personas opinando sobre cuál era el mejor lugar para bajarse (allá no hay paradas).

Pero quizá la mejor -y más extraña- indicación que recibí fue en Taganga, un pueblo de pescadores en el Magdalena (Colombia). Estábamos buscando la casa de una mujer que vendía pescado. Preguntamos a uno por el nombre de pila de la señora. Luego consultamos a otro. Y cuando llegamos a un tercero, ya cerca del destino, nos dijo: Das la vuelta aquella esquina y te encontrarás con un señor gordo descansando en una hamaca. Es al lado.

Di vuelta la esquina y estaba el hombre, como un poste o un árbol que nunca se mueve del lugar y que sirve para referenciar la casa donde se vende pescado. Encontré el lugar. Compramos un pargo. Y me di cuenta de que Taganga me gusta porque está lleno de señores gordos que descansan en hamacas y mecedoras, que invitan al silencio y a la reflexión solitaria.

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3 Comments:

Blogger Joice said...

Aunque te había escuchado la historia, me gusto más leerla.

Por un largo rato me quede mirando la foto, fue una especie de gusanillo negro y…

8:39 p.m.  
Blogger Juanjo Domínguez said...

¡Qué lindo, vieja! Una referencia, la del señor gordo descansando, que da cuenta de que en el pueblo todo está en su lugar, siempre. También me gustó mucho la foto; el color del cielo es una cosa de locos. Lo de la junta también pasa en Madrid; lo sabrás. Anoche, justamente, sobre Gran Vía, me pasó con un par de policías a los que les había preguntado dónde estaba El Tigre. Como que se desesperan por darte la mejor respuesta y demostrar quién es el mejor baqueano. En el bar me acordé de la tarde de mayo de 2008 que fuimos con la Fufa los tres. Un abrazo.

8:56 p.m.  
Blogger Martina Delacroix said...

Me hace acordar a la Operadora, que para indicar al remís a qué casa tiene que ir (sin número, claro) le dice que en la casa de al lado habrá un hincha de San Martín con un bombo. Creo que son guiños de pueblo, y a mí me encantan. Te mando un beso grande amigo, ya ando de vuelta por los pagos. Marti.

3:14 a.m.  

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