Orgullo nacional
La semana pasada, en Zurich, sentí algo muy parecido a lo que la gente llama orgullo nacional.
Estaba caminando por la ciudad y me topé con un músico callejero. Tocaba el acordeón a piano. Lo hacía maravillosamente bien. Cuando me acerqué a darle una moneda, vi que tenía algunos discos grabados y que uno de ellos era de tango.
Cuando terminó con una polca, le pregunté si podía tocar algo de Piazzolla. El tipo hizo una versión exquisita de la exquisita Libertango.
Un hombre se acercó al músico y le dijo -por suerte en inglés porque alemán no entiendo-: "Lo que usted acaba de tocar es hermosísimo. ¿De quién es?"
El músico dejó el instrumento y dijo: "Se llamaba Astor Piazzolla. Era argentino. Y era un genio".
Estaba caminando por la ciudad y me topé con un músico callejero. Tocaba el acordeón a piano. Lo hacía maravillosamente bien. Cuando me acerqué a darle una moneda, vi que tenía algunos discos grabados y que uno de ellos era de tango.
Cuando terminó con una polca, le pregunté si podía tocar algo de Piazzolla. El tipo hizo una versión exquisita de la exquisita Libertango.
Un hombre se acercó al músico y le dijo -por suerte en inglés porque alemán no entiendo-: "Lo que usted acaba de tocar es hermosísimo. ¿De quién es?"
El músico dejó el instrumento y dijo: "Se llamaba Astor Piazzolla. Era argentino. Y era un genio".
Etiquetas: De viaje
posted by Diego Jemio at 7:06 a.m.
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