lunes, abril 30, 2012

Entrevista a Gillespi en Clarín Espectáculos

Hoy salió en Clarín Espectáculos una entrevista a Gillespi, a raíz de su programa de radio La Almohada Maldita. Para leerla, hacé click en este link.

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domingo, abril 29, 2012

Entrevista a Vitillo Abalos en Clarín Espectáculos

Hoy salió en Clarín Espectáculos una entrevista que le hice a Vitillo Abalos, el único sobreviviente del grupo Los Hermanos Abalos. Me gusta muchísimo tener charlas con tipos como él, que forman parte de una generación que yo no viví, de otro folclore y de otra época. Para leerla, hacé click en este link.

sábado, abril 28, 2012

Piove

Pensé en una canción de lluvia linda linda. Y me quedé con esta.

viernes, abril 27, 2012

Alcancía de ideas


Cuando estuve en Misiones, fui a la casa del escritor Horacio Quiroga en San Ignacio. Me gustó mucho recorrer esa casa en medio del monte. Pero lo que más me gustó fue la caja roja que aparece en la foto. Dicen que el escritor andaba por todos lados con un papel y un lápiz,a la caza de frases ingeniosas, de anécdotas curiosas o palabras en guaraní, que luego pudieran servirle para sus textos. Apenas se encontraba con una, la anotaba en un papel, que ponía en esa especie de alcancía de ideas. Cuando se sentaba a escribir, la abría y sacaba los papelitos. Lindo, ¿no?

domingo, abril 22, 2012

Santaolalla en Posadas

Estuve en Posadas unos días. Fui al lanzamiento de un Festival de Orquesta Juveniles, que presentó a Gustavo Santaolalla como padrino. Acá va la nota que salió hoy en Clarín.

martes, abril 17, 2012

Breathtaking



Es una pena que no exista en español una palabra equivalente a breathtaking. Es un adjetivo, que se usa para decir que algo te quita el aliento. Si buscás en un diccionario inglés-español, sale "imponente, impresionante". Pero no se ajusta a la realidad.

Cuando ves algo muy bello, por ejemplo, la sensación es de aliento quitado, de silencio de mujer recién besada, como dice una bella canción de Los Hermanos Nuñez. Es un momento vacío de pensamiento o, quizás, sólo pensás la puta madre, qué cosa linda, un pensamiento bastante boludo y obvio.

Bueno, eso sentí la primera vez que caminé por Petra. Y el año pasado cuando vi el Taj Majal en India. Como casi todas las felicidades, dura un rato. Después uno recuerda ese momento en el que fue feliz; en este caso, escribiendo un post.

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lunes, abril 16, 2012

Monte y río

Viajaba en colectivo desde Irbid a Amman, la capital de Jordania. Al lado mío, se sentó un pibe de unos 20 años. Nos pusimos a conversar. Y al rato sobrevino un silencio. Yo saqué mi música y le ofrecí un auricular para compartirla. El aceptó. Puse un disco del Chango Spasiuk.

Nos quedamos más tiempo en silencio, escuchando. Me dio por preguntarle qué le sugiere la música, a qué le remite el chamamé. Y el tipo -que nunca había estado en el litoral argentino- me dijo: "Cuando la escucho, pienso en monte y río". Y seguimos escuchando juntos Tierra colorada.

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domingo, abril 08, 2012

El puto móvil


Kike es un amigo colombiano al que quiero mucho. Cuando vivíamos en España y sonaba su teléfono mientras charlábamos, él decía: "¿Sabe qué, parce? Estoy muy a gusto charlando con ud. y no voy a atender el puto móvil". Y el teléfono sonaba y sonaba hasta que, finalmente, quedaba mudo. No sé por qué, ese gesto me parecía precioso. Era un deseo manifiesto de no querer interrumpir la charla, no cortar el diálogo, no permitir que el afuera entre en esa confesión laica que puede ser una charla de amigos. Por eso, no entiendo demasiado la necesidad de reportarse a sí mismo todo el tiempo que a veces implica Twitter u otras redes sociales que yo también uso. Es cortar el chorro, no dejar que la cosa fluya, estar pero no estar. Para ilustrar este post, encontré una linda tapa de la revista The New Yorker.

sábado, abril 07, 2012

Otoño

Creo que estoy en problemas. Volví hace ocho días de vacaciones y ya me están dando ganas de irme de nuevo. Por ejemplo, aplicarle un Mendoza por un fin de semana. Quizá sólo para caminar escuchando Otoño en Mendoza. Y comprender el adiós de las hojas.

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viernes, abril 06, 2012

Noche de luna llena


Aprender un idioma no sólo facilita la comunicación. También ayuda a entender toda una cosmovisión de las personas que lo hablan. Cuando estuve en Jordania y Palestina, aprendí algunas pocas palabras en árabe. Y me fascinó particularmente la poética del idioma. Una noche, en Belén, le pregunté a un pibe cómo se decía "buenas noches". Y él respondió que depende.

Explicó entonces que no existe una forma literal de decir buenas noches, como el good night inglés, sino que los árabes explicitaban qué es para ellos una buena noche. Entonces, se produce entre la persona que saluda y la que responde una suerte de contrapunto, como el de las copleras del valle.

Mirá, te voy a mostrar cómo es, me dijo. Pasó alguien y él le dijo: "Noche estrellada". Y el tipo contestó: "Noche de luna llena". Me dijo que así podían seguir, deseándose noches maravillosas durante toda la noche. A partir de ese momento, nuestro buenas noches comenzó a parecerme insulso y pelotudo.

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miércoles, abril 04, 2012

India o el contagio de viaje


Hoy me encontré con una colega para hablar sobre su próximo viaje a la India. Y, a raíz de esa charla, recordé el mío. Recorrí las impresiones que tuve al llegar a Mumbai, la primera vez que pisé el Ganges y los olores de las calles de Calcuta. Recordé, inevitablemente, aquella cita de Kapuscinski, en la que él habla del "contagio de viaje".
Al fin y al cabo, el viaje no comienza cuando nos ponemos en ruta ni cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes y prácticamente no se acaba nunca porque la cinta de la memoria no deja girar en nuestro interior por más tiempo que lleve nuestro cuerpo sin moverse de sitio. A fin de cuentas, lo que podríamos llamar "contagio de viaje" existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable.

Pag.94 de Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski

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domingo, abril 01, 2012

Esto es un saludo


Se podría hacer una clasificación -inexacta, claro; prejuiciosa, también- de los países, de acuerdo a la forma de saludarse que tienen sus habitantes. Hay lugares donde la gente apenas se da la mano o se dice hola, sin siquiera un contacto físico. Y hay otros, como Jordania, donde los hombres se besan ruidosamente varias veces en ambos lados de la cara, además de agarrarse de la mano. Mientras pensaba esto -cuando uno viaja, piensa muchas boludeces- estaba leyendo "Mi hermosa lavandería", de Hanif Kureishi, un escritor de madre británica y padre paquistaní. Me pareció muy bello un fragmento en el que él describe cómo es un saludo en la tierra de su padre. Acá va.
En primer lugar, les ofreces tu mano y ellos la cogen. Las manos unidas son entonces golpeadas con la mano libre como una afirmación del contacto inicial. Esto es, dijéramos, la sopa. Después, te arrastran hacia ellos para el plato principal, el abrazo, el filete. Mientras miras por encima de sus hombros, los cuerpos unidos, el calor mezclado, te sacuden la espalda al menos tres veces con la palma de la mano. No son golpecitos sin importancia, sino tres vigorosas palmadas que expresan igualdad y buena predisposicion. Según la naturaleza de la amistad, estos palmeos pueden prolongarse durante bastante tiempo y puede debilitar a los enfermos o a los no muy fuertes. Una vez hecho esto, dejarán que te separes de ellos pero mantendrán cogida tu mano derecha. Te observarán entero, con ojos debordantes de afecto, mientras te miran en su conjunto, como si todo tu ser, de pies a cabeza, de dentro a afuera. Por fin, después de hablar establecido contacto completo, esfumada cualquier posibilidad de ocultamiento o inhibición, te soltarán la mano con mucho cuidado, como si se tratara de un objeto precioso. Esto es un saludo.

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